Reconociendo la individualidad: El café para todos es una trampa
En mi larga trayectoria dirigiendo equipos de trabajo, he escuchado a otros colegas de profesión, e incluso a directivos de nivel, pronunciar en innumerables ocasiones el famoso refrán "trata a los demás como te gustaría ser tratado". Si bien la igualdad y el respeto son valores fundamentales en cualquier ambiente laboral, tratar a todos por igual puede tener sus riesgos desmotivadores, sobre todo porque la igualdad absoluta puede llevar a la mediocridad cuando no es por arriba por donde se intenta establecer.
La igualdad absoluta, o lo que es lo mismo, el "café para todos" es una trampa. Es natural querer ser justos y garantizar que todos los miembros de un equipo reciban un trato equitativo. Sin embargo, al igualar el trato de todos, independientemente de su rendimiento o contribución, se corre el riesgo de desmotivar a aquellos que destacan por encima del promedio. Cuando las más talentosas, entusiastas , y comprometidas no son recompensadas o reconocidas adecuadamente, pueden perder la motivación y comenzar a conformarse con la mediocridad.
De ahí la importancia de igualar por arriba, en lugar de tratar a todas por igual. Esto implica reconocer y recompensar el rendimiento excepcional de los empleados destacados, proporcionándoles oportunidades, incentivos y reconocimientos significativos. Al hacerlo, se crea un ambiente que fomenta la excelencia y motiva a los mejores talentos a seguir creciendo y sobresaliendo en su trabajo.
Se me vienen a la mente cuatro beneficios que puede conllevar igualar por arriba:
1. Retención de talentos: Al igualar por arriba, se asegura que los empleados más talentosos y valiosos se sientan valorados y apreciados. Esto ayuda a fomentar su compromiso y lealtad hacia la empresa, reduciendo así el riesgo de pérdida de talento.
2. Impulso del rendimiento: Al recompensar el rendimiento sobresaliente, se establece un estándar de excelencia para todo el equipo. Los demás empleados se motivan a esforzarse más y superar sus propios límites para alcanzar ese nivel de reconocimiento y recompensa.
3. Fomento de la competitividad saludable: Igualar por arriba crea una cultura de competitividad saludable en la que los empleados buscan superarse mutuamente de manera constructiva. Esto impulsa la innovación y mejora continua dentro del equipo, lo que puede tener un impacto positivo en los resultados generales de la empresa.
4. Creación de un ambiente de trabajo positivo: Al reconocer y recompensar a los empleados destacados, se promueve una cultura de celebración y apoyo mutuo. Esto crea un ambiente de trabajo positivo y motivador, en el que los empleados se sienten valorados y alentados a dar lo mejor de sí mismos.
Al hacerlo, estaremos creando un ambiente de trabajo motivador, y maximizando el potencial de los talentos más brillantes de la organización.
José Lorenzo Moreno López
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