Una pareja imbatible
El deseo y la paciencia pueden llegar a formar una pareja imbatible siempre que seamos capaces de aprovechar todas sus sinergias.
Cuando las ponemos a trabajar de manera conjunta, estamos dando el primer paso que nos llevará a conseguir todo aquello que nos propongamos, porque el deseo es la energía, en forma de entusiasmo, que nos pone en marcha, y la paciencia es la que evita que tiremos la toalla antes de tiempo.
El deseo suele ser muy inmaduro, y siempre quiere conseguir todo a la primera, algo que no siempre es posible, por eso necesita tener a la paciencia cerca, para que con su madurez y cordura gestione todos y cada uno de los esfuerzos que se necesitan invertir para llegar hasta el final.
Si nos fijamos bien, descubriremos que las mejores realizaciones son de quienes tienen deseo y determinación para comenzar, y paciencia para esperar. Por eso, tenerlos en nuestro equipo para que juntos aporten lo mejor de ambos, es una decisión excelente.
José Lorenzo Moreno López
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